El Cardenal Ortega y Su Reunión con Jim Jones

Por: Alberto Luzárraga

 

El general Jim Jones es el Asesor Nacional de Seguridad de Estados Unidos. Se informa que el Cardenal Ortega va a reunirse con él para informarle de la situación cubana. Varias cosas saltan a la vista incluyendo el motivo de la visita.

Primero ese tipo de citas no se concede a no ser que alguien intervenga a nivel alto. Quiere decir, congresistas, senadores, hombres de negocios interesados en el comercio con Cuba, el Departamento de Estado o también el Vaticano a través de su nuncio.

En todo caso queda claro que un cardenal de la iglesia no debe andar en esos tejes manejes que ni son su función de guía espiritual ni los ha autorizado ningún cubano libre.  Simplemente no está legitimado para actuar como agente o representante de la sociedad civil cubana ante un gobierno extranjero. Una cosa es mediar entre una oposición organizada y un gobierno, como ocurrió en Polonia, y otra actuar como mensajero de un gobierno que excarcela a cambio de destierro, a cubanos condenados injustamente.

Pero vayamos al grano y esto es, el motivo y el mensaje. No es difícil adivinar que si va a hablar con el asesor de seguridad tocará el sempiterno tema castrista que tan útil le ha sido: “Si no me dan algo no me responsabilizo, abro la frontera y allá ustedes y los ‘gusanos’ emigrantes”. Así consiguió las 20 mil visas anuales y así han funcionado los políticos americanos: Cedamos, esperemos a que se muera y que el próximo cargue con el asunto cuando yo me vaya.

El escenario ha sido preparado. Ortega y sus adláteres han hablado de la ‘explosión social’ que se avecina. Una exageración evidente pues no la ha habido en ningún régimen marxista si no ha sido provocada desde arriba. Un pueblo hambreado e inerme poco puede contra una élite bien alimentada y sus represores bien alimentados. Sólo cuando los represores calculan que cambiar de casaca es rentable se produce el cambio.

Castro necesita dólares que suplan la mesada chavista y el argumento de seguridad nacional---una amenaza en realidad--- lo ve factible con una administración que juzga débil. Le salió bien con Jimmy Carter, ¿Por qué no probar de nuevo?

Que Castro lo intente de nuevo no es sorprendente, que el Cardenal se preste debería serlo, pero la experiencia indica que no lo es. Pero que desde Roma lo dejen hacer, eso dice mucho del Cardenal Bertone, Secretario de Estado y de su desastrosa política exterior de plegarse a todo. Ejemplo a mano: Acaba de aceptar por tratado que el gobierno vietnamita pueda vetar el nombramiento de obispos escogiendo de una terna que se le presente. Así se promovió la renuncia por razones de “salud” del actual arzobispo de Hanói Joseph Ngo Quang Kiet de sólo 58 años, por uno aceptable al régimen.

No creo que la gestión prospere por diversas causas largas de explicar. Pero sin duda, Benedicto 16 está mal servido y Cuba también.

Nota: El 5 de agosto post reunión con Ortega, el Consejo Nacional de Seguridad emitió una declaración, reclamando la liberación incondicional de todos los presos cubanos sin el destierro como condición. También reclamó la liberación de Alan Gross ciudadano americano detenido en Cuba a su arribo y que lleva seis meses sin ser instruido de cargos. Se rumoraba que Ortega presentaría una propuesta de canje de Gross y prisioneros cubanos por los 5 espías castristas condenados a largas penas por la justicia americana. La comunicación nada dice sobre lo pedido por Ortega pero la mención de Gross es significativa y en cierta forma confirma los rumores. Si fuese así, Ortega se adentra aún más en cosas que no son de su competencia. Castro es despiadado con gentes que no obtienen resultados. Veremos lo que el futuro le depara al cardenal