Aumenta la Inflacion en Cuba

Oscar Espinosa Chepe
La Habana
Cubabanet.org
I


El proceso inflacionario presente en Cuba desde hace algún tiempo se ha acelerado en 2006. La imprescindible electricidad, los alimentos y el transporte por ómnibus golpean el bolsillo de los cubanos.

En enero comenzaron a aplicarse nuevas tarifas eléctricas, que pueden llegar hasta un 333% de incremento por kilowatt/hora consumido, lo cual hace que cualquier ciudadano que posea un equipo de aire acondicionado tenga que emplear casi todo su salario para pagar el aumento. Una familia de cuatro personas que consuma 200 kilowatts/hora, a lo que se llega en el caluroso verano cubano con el solo uso de ventiladores, deberá pagar un 52% más, mientras que a mayor consumo más elevado el costo del kilowatt, y por tanto el porcentaje de aumento.

Ahora le ha llegado el turno al transporte interprovincial por ómnibus. Un viaje de La Habana a Pinar del Río cuesta entre 33 y 35 pesos, más de cuatro veces el valor anterior. Llegar a Santa Clara significa 56 pesos, a Sancti Spíritus, 69 y a Camagüey, 106 pesos, varias veces lo que costaba. Los precios a Santiago de Cuba y Guantánamo aún no se han anunciado, pero con toda seguridad rondarán los 200 pesos, o sea, varias veces el precio previo.

En los mercados de alimentos, incluidos algunos estatales, es normal ofertar un mango a cinco pesos, un mamey a 15 a 20 pesos, una piña a 15, un aguacate a 10 a 20 pesos. La carne de puerco fileteada, con alguna grasa, se encuentra a 35 pesos la libra en los establecimientos gubernamentales, mientras en los mercados campesinos donde concurren los privados la oferta es a 40 pesos la libra, con mejor calidad.

Todo esto ocurre en el marco de salarios muy reducidos (mínimo 225 pesos, obtenido por un elevado porcentaje de los trabajadores) y pensiones sumamente bajas (mínimo 164 pesos, percibido por aproximadamente el 52% de los jubilados).

Asimismo, hay que apuntar que los intereses cobrados a las personas que financian las compras de refrigeradores y otros equipos eléctricos sobrepasan el 10%. Esto se une a precios muy altos de esos equipos. Por ejemplo, los refrigeradores chinos cuestan alrededor de seis mil pesos.

El gobierno justifica estos incrementos de precios por la necesidad de reducir los niveles de subvención a los productos y servicios de primera necesidad. Sin embargo, no habla de los bajos salarios e ingresos de los trabajadores, que como promedio según cifras oficiales son de 398 pesos al mes, un equivalente inferior a 20 dólares. Por un lado, se desea reducir la subvención a lo vendido a la población, pero permanece vigente la subvención que los trabajadores tienen que darle al Estado, al recibir emolumentos muy inferiores a los pagados en la mayoría de los países.

Desde hace algunos años el gobierno no publica el índice de inflación, pero resulta casi seguro que en 2005 debió ser superior al 10%, teniendo en consideración que a principios de ese año el litro de diesel aumentó en un 71% e incrementos notables llegaron hasta artículos de venta racionada, como una parte de la cuota de arroz o de café, que de 10 centavos por dos onzas vendido cada 10 días, pasó a cinco pesos mensuales por cuatro onzas del producto puro.

En 2006 es mucho peor, como se señaló anteriormente, por lo cual el índice de inflación crecerá, haciendo que el interés que se está pagando por las cuentas de ahorro a plazo fijo, nunca mayor al 8%, arroje un saldo negativo, ya que el por ciento del crecimiento de los precios rebasa en demasía las tasas de interés pagadas a los ahorristas.

La situación se agrava por la política de recentralización económica puesta en vigor, que se traduce en una disminución adicional de la eficiencia económica y la productividad, lo cual impide el incremento real de los salarios. Hay que subrayar, además, que se observa un aumento apreciable del déficit presupuestario. Al cierre de 2005 esta cantidad negativa era de 1,945 millones de pesos, tres veces más que el déficit que hubo en 2000. Las autoridades indican que este porcentaje es el 4.2 del PIB obtenido este año. Sin embargo, la cifra anunciada del PIB es muy poco creíble, y no ha sido aceptada por organismos internacionales como CEPAL y PNUD, por lo cual resulta muy poco convincente la relación porcentual señalada.

Indudablemente, en Cuba se está aplicando una política con características totalmente neoliberales, al continuar reduciéndose el nivel de vida de la población, con el agravante de faltar mecanismos para que los trabajadores y campesinos puedan defender sus intereses.

Esta situación está llevando a los cubanos a la desesperación, lo que se manifiesta en altos índices de violencia, corrupción, delitos, inestabilidad familiar, baja natalidad, suicidios y otros males que