AZÚCAR CUBANO, DE MAL EN PEOR
Lic. Oscar Espinosa Chepe
13 de junio de 2006
La Habana – www.PayoLibre.com – Aunque oficialmente no se ha informado el término de la Zafra del 2006, y hasta el 29 de mayo quedaban 11 ingenios procesando caña en el centro y oriente del país, con las intensas lluvias que han caído recientemente, a lo largo y ancho del territorio nacional, parece que la elaboración de azúcar este año debe haber concluido.
La Zafra del 2006 comenzó en los primeros días de Enero con innumerables problemas a causa de las malas condiciones existentes en los centrales, inestabilidad en el sistema de corte, alza y tiro de la caña, y por la pésima calidad de la materia prima.
Hasta el 14 de febrero, se habían producido menos de 200 000 toneladas. En esa fecha se realizó una reunión, con la participación del Presidente de la República y los máximos dirigentes de la industria. En esa ocasión se decidió darle mayor prioridad a la producción azucarera, debido al incremento notable de los precios a nivel internacional; los más elevados en los últimos 25 años. Aunque se asignaron más recursos, hasta el 30 de Abril sólo se había elaborado un estimado de 1 100 000 toneladas de azúcar crudo base 96. En esta zafra han molido 42 ingenios de los 156 existentes hace pocos años, gran parte de los cuales han sido desactivados totalmente.
En Mayo baja sustancialmente el contenido de sacarosa en la caña de azúcar, por lo que el rendimiento industrial obtenido es sumamente bajo. A ello contribuye el incremento del calor, la luminosidad y el aumento de la humedad en los suelos.
Este año en particular, durante la segunda quincena de Mayo el nivel de lluvias fue muy alto, lo cual ha continuado en Junio, por lo que resulta altamente irrentable procesar la caña, teniendo en consideración, además, que las áreas cortadas tan tarde no estarán en condiciones de ser cosechadas en la próxima zafra y que los cañaverales anegados sufren extraordinariamente con la transportación de la caña, al dañarse muchas cepas y compactarse aún más los ya muy maltratados suelos.
Por consiguiente, es muy probable que la cantidad de azúcar producida en la Zafra del 2006 sea algo superior a 1,200 000 de toneladas, o sea inferior a las 1,300 000 que se estima fueron elaboradas en el 2005.
Cuba, debe recordarse, a fines del Siglo XIX ya producía más de un millón de toneladas de azúcar, y en 1905 elaboró más de 1,200 000, cuando toda la nación tenía menos habitantes que la ciudad de La Habana actualmente, y cuando aún se encontraban en fase de recuperación la industria y las plantaciones por los destrozos acaecidos durante la Guerra de Independencia.
En estos momentos, las declaraciones oficiales expresan la necesidad de restaurar la industria azucarera, al contemplar los altos precios del azúcar a nivel internacional. Con ello se evidencia un cambio en los criterios esgrimidos para desmontar la industria. Adicionalmente, se habla de la producción nacional de etanol (alcohol combustible a partir de la caña), con lo que se ha ¨descubierto¨ lo realizado por Brasil desde hace muchos años.
No obstante, las posibilidades de recuperar la producción de caña y la elaboración de azúcar no se avizoran fáciles. En primer lugar, las áreas cañeras se han reducido drásticamente. Según las estadísticas oficiales disponibles, al cierre de 1990 había aproximadamente 1,8 millón de hectárea de la gramínea, mientras al concluir 2003 era de un millón, proceso de minoración que ha continuado. Téngase en cuenta que desde el inicio de la zafra que recién concluye faltaron 54,5 miles de hectáreas en relación con la cosecha del 2005. Peor aún resultan los bajos niveles de rendimiento de caña por hectárea, casi seguramente los peores del mundo, pues los campos están en muy malas condiciones, llenos de malezas, y con plantas raquíticas que denotan en su gran mayoría la necesidad de demolición en lugar de producir cosechas rentables.
A esto se agrega que la fuerza de trabajo del sector azucarero se encuentra dispersa y la que permanece no cuenta con ningún interés laboral debido a la absoluta carencia de estímulos. Por tanto, el nuevo empeño para reestablecer la industria resulta poco realista, cuando además se continúa insistiendo en prácticas agrotécnicas contraindicadas, como es realizar la cosecha fuera de época y con las plantaciones anegadas en agua.
La decisión de favorecer la inversión extranjera, anunciada hace unas semanas, a fin de elevar nuevamente la producción cañera y azucarera cuenta con muy pocas posibilidades. Cuesta mucho trabajo pensar que alguien invierta su capital en condiciones tan poco atractivas.
Cuba, en tales circunstancias, deberá proseguir sus importaciones de azúcar procedentes de Brasil y Colombia, y hasta de mercados tan distantes como Bielorrusia con la cual se han suscrito contratos por 50 000 toneladas de refino de remolacha. Ahora, esas compras serán mucho más gravosas debido al alza de los precios en el mercado mundial.
¿Quién hubiera imaginado hace unos años que el mayor exportador del mundo de azúcar tendría que recurrir a suministros externos para cubrir sus necesidades? ¡Vivir para ver!
La Habana, 12 de Junio de 2006
Lic. Oscar Espinosa Chepe
Economista y Periodista Independiente