FIDEL: EL 'CABALLO' CON MIEDO A LOS AVIONES  Cuba en El Mundo

Juan Vivés, Francia

Habría que comenzar por remontar el tiempo en la Sierra Maestra para descubrir como le pusieron el apodo del “CABALLO”, que hubiese sido más aproximado al burro, pero bueno la historia es la historia.

Se había prohibido tirar con las armas de fuego e incluso al que se le escapaba un tiro era castigado duramente. Una tarde se oyeron en el campamento de la Columna Uno unas ráfagas de ametralladora y el tío del general Arnaldo Ochoa (fusilado), que era oficial se precipitó para reprimir al que estaba disparando, cuando vió que era Fidel, dijo- "Bueno, si es el 'Caballo' él puede".

En medio de aquella masa de guajiros analfabetos y de gente de poca cultura, los nombretes, apodos y otras formas para designar a las personas eran la regla general, y a partir de ese momento, Fidel fue "el Caballo" y este nombrete sobrepasó la Sierra Maestra, y todavía cuando se dice "el Caballo",todo el mundo sabe quién es. De la misma forma que al Ché lo llamaron así por la manía que tienen los argentinos de llamar

a la gente por Ché.

Ya en la Sierra era proverbial el terror que tenía Fidel cuando la aviación atacaba. Este Cid Campeador cubano no era otra cosa que un “pendejo” para hablar buen cubano y en más de una ocasión la tropa lo vío cagarse de miedo cuando la aviación sobrevolaba la zona. Estos hechos me lo han contado muchos de los viejos de la Sierra Maestra y si alguien es testigo de esto, puede ser Húber Matos que lo acompañó en aquellos lares y ése sí que fué de los valientes, hombre de coraje y de principios, que nadie pondrá en duda su testimonio.

Después del primer tiroteo contra un cuartelito en la Sierra, Raúl con el Ché propusieron un documento a los oficiales, en donde se le pedía a Fidel que no participara en los combates. A partir de este momento el líder máximo jamás estuvo a menos de un kilómetro cuando se tiraron tiros por aquellas montañas. Toda la historia de guerrillero y hombre valiente no son más que el mito que se ha creado en torno al personaje.

En la historia del asalto al Moncada, de tanta guapería que saca a relucir durante tanto tiempo, la verdadera historia de lo que hizo en el Moncada la contó Gustavo Arcos, que falleció recientemente y que viajaba en el mismo auto que Fidel cuando supuestamente iban a atacar la puerta de Entrada No. Uno. Encuentro inesperado con una patrulla de Guardias, Fidel pierde el control del auto y se encarama en la acera; Arcos cae al suelo expulsado del auto y uno de los ocupantes tira contra la pareja de guardias. Fidel que tenía como arma una pistola Luger, se apendeja y se precipita huyendo del sitio. Años después Arcos contó esta historia, lo que le valió caer en desgracia y lo metieron preso.

Después de este episodio en donde demostró su poco valor y en donde se comportó como “Capitán Araña”, se escondió en la Sierra en la zona de la Gran Piedra durante algunos días. Después contaba que cuando lo capturaron fué en un combate desigual y cuando ya no les quedaban municiones.

Pero la música es otra cuando la contaba el sargento Sarría que fué el que lo capturó con solamente ocho hombres. Al triunfo de la revolución, Fidel lo ascendió a capitán y lo puso Jefe de escolta de Osvaldo Dorticós. Tuvo la malísima idea de contar que cuando capturó a Fidel, él y su grupo estaban durmiendo y cuando Fidel se despertó asustado gritaba: -ME ACOJO A LOS ACUERDOS DE GINEBRA SOBRE LOS PRISIONEROS DE GUERRA.

Sarría se burlaba de esto y contaba que con sus Guardias Rurales nadie sabía ni que cosa era Ginebra. El era un poco más instruido y era franc-masón, lo que por casualidad le salvó la vida a Fidel ya que entre sus compañeros uno era miembro de esta organización e hizo señas y se identificó con Sarría.

El cuentecito le costó caro a Sarría que fué a parar a la cárcel. Todo el que pusiera en duda la valentía de Fidel acababa mal. Yo oí que en parte la desgracia de Húber Matos viene de que lo vió cagarse de miedo en la Sierra durante un raid de la aviación de Batista.

Hasta aquí enumero una serie de hechos que son conocidos, no del gran público, pero que la propaganda borró de la historia oficial. Ahora relataré hechos de los que fuí testigo y que son ejemplos palpables de la cobardía del líder máximo, que después de haber enviado tantos hombres a la muerte y haber asesinado a otros tantos, tendrá que afrontar la muerte sumido en los vapores de la morfina, pero en sus momentos de lucidez tiene que comprender que le llegó la hora, veremos si tiene en los pantalones y no se raja en sus momentos de lucidez.

El 31 de diciembre de 1958 Batista se fué de Cuba con los bolsillos llenos, el día 2 de enero Camilo Cienfuegos entraba en la Habana tomando Columbia y posteriormente la Columna 8 del Ché entraba y tomaba La Cabaña. Fidel entró en La Habana una semana después y durante este tiempo los telegramas llovían así como las llamadas por teléfono. Fidel quería saber si la situación estaba bajo control y si no arriesgaba nada acercándose a la Capital. Para estar seguro que no tendría problemas se metió una semana en llegar a La Habana dando vueltas a lo largo de la Isla.

Para tener un santuario en caso de problemas, nombró a Raúl Gobernador militar de la provincia oriental y se pactó con los jefes militares de la plaza la constitución de un ejército mixto.

El tipo tenía terror a entrar en La Habana y durante una semana tergiversó para retardar su llegada del miedo que tenía. Durante esta semana creo que llamaban por teléfono cada media hora y los telegramas eran un aguacero.

Me recuerdo de uno de aquellos guajiros de la Sierra que estaba en la Columna 8 y que decía: "Yo creo que el jefe está apendejao". (sic)

El día antes de llegar se preparó el show de Columbia con las palomas, que fué un santero de Marianao en el barrio del “Palo Cagao”, quien las dió y prometió que seguro cuando las soltaran se posarían en la tribuna. Las palomas blancas se posaron y una sobre el hombro de Fidel. El santero “MACAGUA”,dijo: "Esto se va a poner jodío, la paloma lo cagó".

Yo creo que fué la única vez que Macagua decía el porvenir de manera tan cierta.

Pero vengamos a uno de los actos de cobardía en donde la propaganda hizo de un cobarde un héroe. Cuando el desembarco de Playa Girón en 1961, se me ordenó que fuera hasta la Escuela de Oficiales de Milicia de Matanzas y que se recogieran a todos los alumnos en dos o tres viajes y que se les llevaran hasta la región del desembarco.

Para transportar los alumnos de la Escuela de Oficiales de Milicia, se utilizaron los ómnibus de La Habana de marca Leyland, que estaban pintados de blanco y se les llamaban “las enfermeras”. Decisión completamente en contradicción con todas las reglas del arte militar. A falta de transportes adecuados se le echó mano a lo primero que cayó. Era una trampa sin salida en caso de ataque aéreo, lo que sucedió y en donde fueron quemados vivos decenas de milicianos. A Fidel poco le importaba la vida de estos milicianos que condujo a una horrible muerte.

Al principio se pensó que por Playa Girón se trataba de una invasión secundaria y que existiría otro punto de desembarco principal. Fidel puso su puesto de mando en el Central Australia, en la antigua casa de la dirección que estaba en medio de una arboleda montada en pilotes, invisible desde el cielo. Cuando comprendió que se trataba del punto central de las tropas enemigas, fué cuando solicitó que se trajeran masivamente tropas hacia el lugar.

Cuando llegamos con la primera columna de ómnibus Leyland cargados de oficiales de milicia, que estaba bajo el mando del comandante Tomasevich (cubano de origen ruso), nos detuvimos a la entrada del Central Australia para saber qué hacer con la tropa. Cuando llegamos a la cabaña donde estaba la comandancia, Fidel estaba gritando como un loco por un teléfono y ahí estaba Santiago Alvarez, el viejo comunista que era el director de las informaciones del ICAIC (Industria Cinematográfica), que lo estaba filmando. Cuando nos vió a Tomasevich y a mí, comenzó a gritar en un ataque de histeria que nos fuéramos de allí que la aviación enemiga lo iba a bombardear si detectaban el sitio. Puedo garantizar que era una verdadera crisis de nervios. Quien estaba dirigiendo las operaciones era "el gallego" Fernández, ex oficial del Ejército de Batista que se había pasado al Ejército Rebelde, había sido formado en escuelas militares americanas. Nos hizo señas de salir y nos dijo que no tuviéramos en cuenta este incidente que el Comandante estaba muy nervioso. Las órdenes eran que la columna siguiera hasta Playa Larga y Playa Girón y que solamente se podía ahogar el enemigo en número, pero que si los americanos desembarcaban se jodía la cosa. Existen filmes de Fidel en la Comandancia del central Australia que sacaron en el Noticiero y aún arreglado y puestos los mejores momentos se le ve como un loco caminando en toda la pieza.

Quien dirigió las operaciones fué "el gallego" Fernández que tuvo la buena idea de no reivindicar nada y dejó que Fidel se adjudicara la victoria como suya; todavía hoy día está dando lata por Cuba con puestos importantes.

Yo regresé a Matanzas para traer otra columna de Leylands con oficiales de milicia. Entre tanto supimos que varios ómnibus fueron atacados y murieron los ocupantes quemados por el napalm de las bombas. Todos estos muertos inútiles por la precipitación y el miedo de afrontar una lucha larga. Si el jefe de la Brigada 2506 hubiera oído a Erneido Oliva que quería marchar y unirse con los alzados del Escambray, yo creo que otro gallo hubiera cantado, pero esto es otra historia.

Sin el apoyo americano la “Brigada” abandonada a su suerte tuvo que rendirse al cabo de 72 horas de combate. Los días siguientes las tropas cubanas peinaban el terreno capturando los últimos combatientes que vagaban aislados por una zona cenagosa e inhospitalaria. Al quinto día cuando todo combate estaba liquidado y no quedaba ningún enemigo en vista, se dio la orden de ir hasta Playa Girón y montar a todo lo largo un semicírculo de seguridad con tropas de milicianos cada dos metros y vinieron dos compañías de seguridad del Ministerio del Interior que cubrían dos semicírculos al borde de la playa. Todos se preguntaban qué pasaba. Algunas horas antes de la llegada del Comandante en Jefe, llegó Santiago Alvárez del ICAIC con sus camarógrafos y sus ingenieros de sonidos. Se había puesto en los alrededores un tanque T34 soviético y Santiago lo hacía ir venir hasta la playa y tomaba medidas y efectuaba los enfoques preparando la apoteosis.

Un murmullo se escuchó y era Fidel que había llegado a la playa, acompañado de un Batallón de Seguridad, viajando en una tanqueta blindada BTR. Los del Batallón de Seguridad preguntaron si no había problemas y sólo entonces Fidel salio del BTR. Se puso a conversar con Santiago Alvárez que le describía su rol en el acto que se iba a filmar. Se realizaron tres tomas y Fidel como un artista de cine repetía de nuevo y de nuevo hasta que Santiago le dijo que ya lo tenía todo en la película.

Es la escena que le dio la vuelta al mundo, en donde Fidel para con la mano un tanque y se encarama arriba con el torso fuera en la escotilla, después indicaba con el brazo tendido hacia el medio de la Bahía en donde estaba medio hundido el barco Houston y el cañón tiraba. En el montaje se insinuaba que era Fidel quien había hundido el navío.

Ese fué el acto heroico de Fidel que cuando supo que la invasión principal era por Girón, a pesar que estaba a más de 25 Km. del lugar del desembarco, quería espantar la mula y sólo la persuasión del "gallego" Fernández que le juró que nada podía sucederle lo retuvo, pero a condición de tener lista a partir por la carretera hasta la ciudad de Colón y de ahí tomar la carretera Central en su BTR blindado con su escolta de 200 hombres. El “Capitán Araña" estaba listo a salir corriendo.

Cuando la Crisis del Caribe de 1962, desapareció y nadie sabía donde estaba escondido. Cuando las cosas se calmaron se supo que había ido a para a la Sierra Maestra y que no quería comunicar con nadie por miedo a que los americanos lo localizaran.

Fidel es un héroe de pacotillas creado de todas piezas por un aparato de propaganda enorme, las DOR (Departamento de Orientación Revolucionaria). Durante 45 años ha estado al servicio del culto a la personalidad de este pendejo que se quiere pasar por guapo. En toda la historia de la revolución nunca tiró un tiro, muchos murieron a causa de este animal de Birán.

Esta mentira prefabricada desde los primeros días de la revolución ha creado la ilusión de un guerrillero valiente que ha hecho frente al imperialismo americano. Ni siquiera se puede decir que es un gigante con los pies de barro, simplemente es un mito, una leyenda que cuando se escarba se descubre el verdadero personaje, fanfarrón y mentiroso que durante casi medio siglo ha engañado hasta a "la madre de los tomates".

Septiembre 6, 2006, 09:26 AM