Al inaugurar ayer por primera vez el período anual de las sesiones del Parlamento, Raúl Castro advirtió ayer a los cubanos que deben esperar un comunismo "realista que elimine el igualitarismo, los subsidios excesivos y que sea económicamente sostenible. Castro, que asumió el poder en febrero, leyó un discurso que no contó con anuncios ni promesas espectaculares, y en el que señaló que la situación económica de la isla le impide aumentar rápidamente los salarios, una reclamo cotidiano entre los cubanos. "En el socialismo es indispensable que la asignación de recursos de los planes económicos se ajuste estrictamente a los ingresos disponibles , expresó el dictador, de 77 años. "Socialismo significa justicia social e igualdad, pero igualdad de derechos, de oportunidades, no de ingresos. Igualdad no es igualitarismo. Este, en última instancia, es también una forma de explotación: la del buen trabajador por el que no lo es, o peor aún por el vago , advirtió el gobernante. Castro habló de su política de asociar los salarios a la productividad por primera vez en casi medio siglo de gobierno socialista. El salario mensual promedio en la isla alcanza los 408 pesos cubanos, unos 19 dólares. A lo que debe sumarse un conjunto de subsidios y gratuidades en rubros como alimentos y servicios que suelen desestimular el trabajo, pues la reciben todos por igual. En este sentido también avaló un anteproyecto de ley de seguridad social que extenderá en cinco años más la edad para jubilación, por lo que los hombres se retirarán a los 65 años y las mujeres, a los 60. Al referirse a los graves problemas económicos y sociales que afectan al país, señaló que es esa realidad la que le impide aumentar rápidamente los salarios. "Dependerá de la situación económica del país, inevitablemente vinculada a la crisis existente hoy en el mundo, la cual puede incluso agravarse. Es mi deber expresarlo con franqueza, pues no sería ético crear falsas expectativas. Decir lo contrario sería engañarlos", dijo Castro, que añadió que trabaja para devolver gradualmente el poder adquisitivo a los cubanos. En ese sentido, dijo que es importante que el incremento salarial se corresponda con el nivel de "aporte" de las personas o los sectores a la economía del país, por lo que analiza eliminar algunos servicios gratuitos o el exceso de subsidios. Castro anunció además que próximamente comenzará a entregar tierras ociosas en usufructo a quienes estén en condiciones de ponerlas a producir inmediatamente, en una medida tendiente a impulsar la producción agrícola de ese país. "Dicho en otras palabras: ¡hay que virarse a la tierra!", dijo Raúl Castro, cuyo mensaje dejó en claro que el alza del petróleo y de los alimentos golpeará a Cuba. "Es inevitable que suframos cierto impacto", señaló, para añadir que la situación internacional refuerza la necesidad de aumentar la producción agrícola para sustituir importaciones. En ese sentido. señaló que la isla tiene que "revertir definitivamente la tendencia al decrecimiento del área cultivada", que entre 1998 y 2007 disminuyó en un 33%. "Para importar el mismo volumen de alimentos que en 2007, este año se requerirán 1100 millones de dólares más", graficó. Aseguró también que en los últimos 12 meses el gobierno trabajó para que "la tierra, los recursos y todo el apoyo necesario" estuvieran cada vez más a disposición de quienes más producen. "Independientemente de que sea una gran empresa, una cooperativa o un campesino individual. Admiro la gran empresa estatal socialista, incluidas las agropecuarias. Cuba no renunciará a ellas. Son todas formas de propiedad y producción que pueden coexistir armónicamente, pues ninguna es antagónica con el socialismo", opinó. El mandatario cubano también dijo que no desconocía "las dificultades, los productos que escasean o no alcanzan". El sillón de su hermano Fidel Castro, que cumplirá este mes dos años sin aparecer en público, permaneció simbólicamente vacío a la derecha de Raúl, en un claro recordatorio de su influencia política. El actual presidente reveló que su hermano estaba "totalmente de acuerdo" con el contenido de su discurso. Desde que asumió, entre otras medidas, Raúl Castro legalizó la venta de teléfonos celulares y de computadoras, además de abrir las puertas de los hoteles para los cubanos.